febrero 25, 2013

Paranoid Android



         La costumbre es mas fuerte que el amor, decía una de esas canciones que tantas veces ponían en las rocolas de los tugurios donde solía ir a aprender sobre la levedad del ser, a veces creo que la costumbre a ciertas cosas, más que algo simplemente conductual llega a ser algo químico,  como cuando necesito un cigarrillo de vez en cuando, diario.

         Hace dos semanas vendí mi teléfono, en un acto temerario supuse que soportar algunos días sin esa experiencia de conectividad total iba a ser cosa fácil, craso error. Sin recibir noticias de mi nueva adquisición  estoy apunto de experimentar un grave episodio de paranoia, ya de perdida un ataque de ansiedad, si no es que se vuelve una crisis nerviosa, que me lleva la chingada pues, y es que cuando traes en el bolsillo todos aquellos gimmicks por los que tener un smartphone es mas snob, poser, chidito e indispensable que una compu, es decir estar pendiente de tu face y whatsapp alldaylong, que si te preguntan como quedo el Puebla, que se fue la luz o el modem esta chafeando, que ya no compras revistas y tienes que hacer del baño, que te ofreciste a llevar a alguien a una ciudad que no conoces, y la mas noble y sincera, que ya te aburriste etc. De repente encontrar con que tu teléfono de emergencia es un Blackberry justifica mi depresión en ciernes.

        Y es que no soy un fanboy de Android así como tampoco lo soy de Playstation ni del Real Madrid, no es que no me gusten las demás plataformas, cada una tiene lo suyo, sin embargo Android satisface esas frívolas y adictivas necesidades, leí en algún lado que habrá que crear primero la necesidad para después vender la satisfacción, entorno a esa idea me siento básicamente mancillado. Por que hace una década que no tenia teléfono en verdad me la sudaba todo esto, pero cuando recién empiezas a saborear las mieles de la telefonía móvil, no hay compañía telefónica abusadora y monopólica que te haga dar un paso atrás.

        Por todo el drama pareciera que en realidad me quede sin teléfono, y la verdad es que fue una eufemista y elocuente forma de decir que BlackBerry OS es una reverenda mierda.

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